LA AUDIENCIA, “LA GRAN PERDEDORA” CON EL ARRENDAMIENTO DE RADIO ALTIPLANO: HERNÁNDEZ GARDUÑO

LUIS ROMERO

Luego de que el pasado 29 de septiembre, Radio Altiplano dejó de transmitir sus contenidos para dar lugar a la oferta programática de la frecuencia FM local al grupo de medios El Heraldo, con el aval del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el director general de Asuntos Jurídicos y Transparencia del Sistema Público de Radiodifusión (SPR), Salvador Hernández Garduño, consideró que la audiencia es “la gran perdedora” por el arrendamiento de la frecuencia XHTLAX-FM 96.5 FM a la empresa GA Radiocomunicaciones, por parte del Gobierno del Estado de Tlaxcala.

Estimó que este arrendamiento, que de acuerdo a documentación oficial del IFT estará vigente dos años, es “una privatización en cierto sentido”, ya que se trata de una concesión para uso comercial que pasó de las manos del Gobierno del Estado de Tlaxcala a un gran consorcio mediático como es El Heraldo.  

Observó que, a pesar de que la ley no restablece una prohibición al respecto, “lo cierto es que ésta es una frecuencia añeja de finales de los ochentas que, de repente, de tener una lógica o visión pública se somete a la lógica o dinámica del mercado”.

Hernández Garduño opinó que, si bien la normatividad vigente permite este tipo de contratos de arrendamiento de frecuencias comerciales, “este tema marca un precedente muy lamentable en los medios públicos de radiodifusión”.

 Recordó que, por ello, en el posicionamiento que al respecto emitió SPR el pasado domingo, se subraya que la determinación de las autoridades estatales se aleja del interés colectivo, por lo que se cuestiona el sentido ético de dicha acción, misma que, “en tiempos de transformación”, no se guía por la máxima que debe guiar las decisiones públicas: “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.

“La gran perdedora en este tema es la audiencia de Radio Altiplano, una audiencia que ni quiera fue consultada del hecho. La ley no obliga a consultar a la audiencia, lamentablemente, y con un régimen de derechos de las audiencias un tanto convulso, como el que tiene el sistema jurídico mexicano, desde luego que no existen garantías de protección a estas, y quedan al arbitrio de decisiones muchas veces tomadas al calor del momento y bajo una lógica, en este caso, muy alejada del interés colectivo”, apuntó.