DESATANDO AL TIGRE: #8M

JOSÉ RAMÍREZ

Hoy, el TIGRE fue desatado por las mujeres.

Salieron a las calles, y se expresaron.

También marcharon y gritaron.

Se manifestaron y protestaron.

Algunas pacificas, otras radicales.

Unas con demandas, otras con consignas.

Eso del Día Internacional de la Mujer se queda corto.

No hay una sola mujer, sino muchas mujeres.

No hay un feminismo, y cada uno de expresa de modo distinto.

En Tlaxcala, las autoridades dijeron que respetarían la libre expresión y la libre manifestación.

Su idea de expresión y manifestación es como caminar en silencio, como pasando de largo.

Pero para las colectivas y agrupaciones de mujeres es diferente.

Deben ser estruendosas para que se note, para que se oiga, para que se recuerde.

Sería injusto centrar la atención solamente en los actos vandálicos cometidos al amparo de la conmemoración.

También, en la movilización de la fuerza pública y la manera en la que el gobierno encabezado por una mujer respondió a los ánimos más combativos.

Centremos la atención en el diálogo que no sucede y los cambios que no llegan; en las energías que no se armonizan.

¿Dónde están los compromisos de atención a las demandas del #8M?

¿Dónde está la evidencia de que la autoridad escuchó?

¿Dónde queda el clamor de las mujeres unidas?

Conmemorar significa recordar solemnemente.

Pero, ¿qué es lo que vale la pena recordar con solemnidad?