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lunes, 18 de septiembre de 2023, 01:09:00 am
LUIS ROMERO
La muerte de Tulio Hernández Gómez es una gran pérdida para el pueblo de Tlaxcala; “ha sido uno de los tres mejores gobernadores que ha tenido el estado”, comenta el ex gobernador Mariano González Zarur.
A las afueras de Funerales Montserrat, donde se realizaron este domingo las exequias del político priista que condujo los destinos de la entidad de 1981 a 1987, el apizaquense recordó con aspectos poco conocidos de la vida de don Tulio, en una breve plática informal con el periodista Edgar García Gallegos.
“Lo que muchos no saben es que Tulio comienza su carrera como servidor público siendo secretario auxiliar de don Emilio en la Cámara de Diputados. Y ahí es donde él conoce al profesor Olivares, al profesor Hank González, a Ortiz Ávila que fue gobernador de Campeche, porque tenía relación con todos ellos”.
Para González Zarur, el legado de Hernández Gómez prevalece en beneficio del pueblo de Tlaxcala.
“Ningún gobernador le ha dejado el patrimonio inmobiliario en terrenos y en edificios como lo hizo él. Le dejó reservas territoriales para vivienda, y para industria, en Huamantla, en San Cosme, Nanacamilpa, en Calpulalpan, en Apizaco, en Tlaxcala, en Panotla, en muchos lados”.
Ello incluye la Casa de Gobierno, también llamada Casa Tlaxcala.
“Esa se la habían regalado los señores Barroso, dueños de Zahuapan. Y él consideró que no iba a poder mantener esa casa, y entonces se la donó al Gobierno del Estado. Por eso, en alguna ocasión, que decían que iban a cambiar el destino, no lo pueden hacer, porque en ese momento tendría que pasar la propiedad, en este caso, del gobernador Hernández Gómez, o de sus familiares”.
Mariano González guarda muchas anécdotas de la relación que lo unió en el tiempo con el que, hasta este sábado 16 de septiembre, era el ex gobernador de Tlaxcala más longevo con vida.
“No solamente fui su subordinado. La confianza y la hermandad, y lo que vivimos antes de que fuera gobernador, cuando fue gobernador y posterior a ser gobernador, pues fue una vida”.
Sin embargo, la formación política en torno a la figura del célebre Emilio Sánchez Piedras, antecesor de Tulio Hernández en el Poder Ejecutivo estatal, es un aspecto que resalta, principalmente porque ambos tuvieron presente la oportunidad de incorporar al servicio público a jóvenes para que aprendieran de funcionarios experimentados, a fin de profesionalizar el servicio público.
“El licenciado Sánchez Piedras, cuando fue gobernador, nos abrió las puertas, lo mismo a los jóvenes que incursionaron en política -que en ese momento la Cámara era de gente muy joven-, con algunos ya de edad, exactamente, entreverando las generaciones, y en el servicio público, también, nos regresó a profesionistas que estábamos en la Ciudad de México, en la Ciudad de Puebla: Samuel Quiroz, como Secretario General de Gobierno, yo como Tesorero General del Estado; repitió a alguien que había hecho aquí su vida, el licenciado Roberto Rivera como Procurador, que éramos los tres servidores públicos importantes en esa época. Posteriormente ya se hizo la Ley de la Administración, que me la encargó don Emilio, con otra persona de México. Y terminamos siendo secretarios. Y la verdad es que tanto Tulio como don Emilio, le abrieron las puertas a los jóvenes”.
Lamentablemente, estima González Zarur, los gobernantes que sucedieron a Tulio Hernández rompieron con la continuidad de la estrategia de desarrollo, lo que hizo que este su proceso se ralentizara
“Lo que pasa es que después, los que sucedieron a ellos, borrón y cuenta nueva, que eso no es posible, porque entonces cada tres años vamos a descubrir el hilo negro, y el agua tibia cada seis. No se puede. Debe haber continuidad en los planes, en los programas, en la estrategia de desarrollo. El cambio no es borrón y cuenta nueva. El cambio es fortalecer lo que ha dado resultados y desechar lo que no ha dado resultados, y buscar nuevos caminos de solución a la problemática, porque además los problemas van creciendo cada año, cada tres años, cada seis años”.
Finalmente, Mariano González, el “último de los mohicanos” de aquella escuela política, pone contexto a las frases que se atribuyeron al ex gobernador Tulio Hernández, como “Tanta democracia nos partió la madre”, o “Tlaxcala se gobierna con saliva y pulque”.
“Esa fue una frase que la sacaron de contexto ustedes los comunicadores. En ese tiempo era las veinte mujeres y un hombre, porque a Tulio le preguntaron que cómo se gobernaba Tlaxcala, y Tulio dijo: es muy sencillo, se gobierna con saliva, porque tengo que estar echando discursos todo el día, y con pulque, porque si voy a las comunidades, o a los pueblos, me ofrecen un vaso de pulque y me lo tengo que tomar. Pero realmente, nada más la cabeza del Excélsior, al otro día, fue Tlaxcala se gobierna con saliva y pulque, y se quedó. Y lo otro también tiene razón. Los partidos políticos, al interior, no es necesario que tengan democracia, porque la democracia se da en las urnas. Entonces, somos el único país que está sobreregulado, que tiene demasiada legislación para la elección. Somos el único país que tenemos órganos electorales permanentes. Y eso no puede ser”.