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sábado, 19 de octubre de 2019, 19:10:51 pm 

UNA CRÍTICA CON COLOR. Por ARLEQUÍN

Se dice que, en la capital del Estado, el gobierno municipal ha colocado trampas dentro de las alcantarillas del parque para controlar la plaga de ratas.

Los visitantes de este sitio se deleitan dándole de comer a las ardillas de la Plaza de la Constitución.

Sin embargo, es difícil que este acto no termine por beneficiar a la plaga de roedores que, no solo le da una mala imagen, sino que puede ser foco de problemas de salud pública.

La Dirección de Servicios Municipales le ponen cacahuates, zanahoria y elote tierno, a los petigrises, en los árboles que trepan todos los días.

Pero de manera casi inevitable la comida que se tira a las palomas y las ardillas alimenta también a las ratas.

Cualquier semejanza con la vida social es mera coincidencia.